Después de 25 años de arduas negociaciones, el Mercosur y la Unión Europea anunciaron la concreción de un histórico acuerdo de libre comercio. El anuncio fue realizado en Montevideo por los presidentes de los países del bloque regional y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quienes coincidieron en calificar el pacto como una oportunidad trascendental para ambos bloques.
El presidente Luis Lacalle Pou, destacó la importancia del acuerdo: “No es solo un intercambio comercial, que lo es. Quizá para los países de economía más pequeña del Mercosur es importantísimo que el mundo se nos abra”, afirmó.
Lacalle Pou también subrayó: “No hay soluciones mágicas, no hay burócratas ni gobiernos que firmen la prosperidad. Es una oportunidad, y estará en cada uno de nosotros la velocidad que le demos a este acuerdo para que avance”.
Además el presidente uruguayo compartió las reacciones de sus pares en una reunión privada.
Según Lacalle Pou, el paraguayo Santiago Peña expresó que “no estaba satisfecho pero sí entusiasmado”, mientras que Luiz Inácio Lula da Silva calificó el día como “histórico”, y Javier Milei enfatizó “la trascendencia e importancia de la jornada”.
Por su parte, Ursula von der Leyen catalogó el acuerdo como “un hito verdaderamente histórico” y aseguró que representa un mensaje de unidad en un contexto global marcado por tensiones.
“El vínculo entre los países del Mercosur y de Europa es de los más fuertes del mundo. Hoy convertimos una visión en una realidad. Enviamos un mensaje claro y poderoso al mundo: las democracias pueden cooperar”, expresó la jerarca europea.
Von der Leyen enfatizó el impacto económico del acuerdo: “La UE y el Mercosur crearon una de las alianzas de comercio e inversiones más grande que haya visto el mundo. Estamos formando un mercado de más de 700 millones de personas, lo que desarrollará la economía, la inversión y generará trabajo a ambos lados del Atlántico”.
También dirigió un mensaje a quienes se oponen al pacto, como el presidente de Francia Emmanuel Macron, garantizando que el acuerdo incluye “salvaguardas robustas” para proteger a los productores agrícolas europeos.
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