El exfiscal de Homicidios Carlos Negro, quien fue oficializado como futuro ministro del Interior por el presidente electo Yamandú Orsi, afirmó que el sistema carcelario es “el problema más urgente” a resolver en el marco de una política pública de seguridad. Negro situó esta problemática junto a las armas y el narcotráfico como las “tres patas más importantes” que deben abordarse para enfrentar la situación actual.
En rueda de prensa, Negro fue consultado sobre cómo compatibilizar esta postura con el concepto de desprisionalización, incluido en el programa del Frente Amplio y criticado en su momento por la coalición de gobierno.
El entonces candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado, había interpretado la desprisionalización como “abrir las puertas de las cárceles”, una lectura que fue desmentida por el Frente Amplio.
Negro aclaró que el concepto fue mal entendido y precisó: “Desprisionalizar no significa sacar gente de la cárcel, significa que las políticas públicas de persecución no vayan todas enfocadas en meter gente a la cárcel, sino que tengan un abanico de posibilidades”.
En ese sentido, destacó la necesidad de políticas alternativas para atacar el delito que “no siempre son la cárcel”.
Realismo
Por otro lado, Negro advirtió que prometer una reducción rápida de los homicidios “sería una irresponsabilidad”, ya que se trata de un fenómeno complejo que no depende exclusivamente de una gestión o administración.
“La violencia es un fenómeno que, luego de que está instalado, no es erradicable con una promesa o con un planteo de fechas, es mucho más complejo”, explicó.
Sin embargo, el futuro ministro del Interior aseguró que trabajará para alcanzar un mayor nivel de esclarecimiento de los homicidios, como una manera de atacar la impunidad.
“Disminuir los guarismos de impunidad desestimula al delincuente”, sostuvo, y agregó que es clave que “matar no salga gratis”.