La Policía desarticuló una banda que operaba en Casabó y que actuaba en motos y con armas cortas y se dedicaban a cobrar deudas para las Bocas de drogas.
Según informa El País, las edades de los sicarios detenidos van desde los 17 a los 23 años.
Sus tareas consistían en disparar a las piernas de los deudores de las bocas de droga para dar un primer aviso, tiros a las fachadas de las casas como segundo aviso y balazos al cuerpo o cabeza como cierre.