Sturla definió al material como "la guía de la uniformidad mental".
En respuesta Ramírez dijo a Montevideo Portal: "Esto reitera la permanente intención de injerencia de la Iglesia en este caso en los ámbitos educativos. Viola los principios de laicidad del país. La guía no quiere uniformizar nada. Aborda una problemática que existe en Uruguay, que es la discriminación dirigida a ciertos sectores, en este caso la gente con orientación sexual diferente".
"La guía hace que se trabaje desde un punto de vista riguroso con quienes educan, para tratar de combatir esas expresiones que no dejan de afectar los Derechos Humanos. El manual trabaja con la heterosexualidad, la transexualidad, la homosexualidad y las diferentes expresiones", agregó Ramírez.
"Como instituto y como organismo de gobierno, nos sentimos incómodos y molestos frente a la permanente injerencia de la Iglesia Católica o cualquier iglesia. Estas muestran permanente hostilidad y no reconocen que vivimos en una sociedad diversa. Tienen visiones moralistas que no entienden y no conciben que las personas tenemos diferentes identidades y que eso no puede ser motivo para que un niño o niña sea discriminado", concluyó.