Cuando mostró los huesos azules que había encontrado, a sus padres se les pusieron los ojos como platos: “Diego había hallado en la Patagonia la Piedra Rosetta de la paleontología”, dijo a la Agencia EFE Fernando Novas, doctor en ciencias naturales.
“Lo que Diego sostenía en sus pequeñas manos resultaron ser dos diminutos huesos de un extraño dinosaurio nunca antes descubierto que no pertenecía a ninguno de los grupos de dinosaurios que se conocían hasta el momento”, explicó Novas, jefe del laboratorio de anatomía comparada en el Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires.
El “Chilesaurus diegosuarezi”, bautizado en honor a la pequeña estrella de la paleontología, posee rasgos de los tres principales rangos en los que se divide la historia de los dinosaurios.
“Tiene características de los terópodos, mayoritariamente carnívoros, los ornitisquios y los sauropodomorfos, ambos herbívoros”, afirmó el científico para quien el hallazgo es comparable al descubrimiento de la Piedra Rosetta, la estela egipcia clave para el entendimiento moderno de los jeroglíficos.
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