Ai Weiwei quería legos para una exposición en Australia en la que iba a representar a activistas que han luchado por los derechos civiles y la empresa danesa de juguetes se negó a enviarlos por la "naturaleza política" del trabajo.
Según informa la Agencia EFE, ahora el artista no necesita comprarlos y se ha convertido en el rey de los ladrillos de juguete porque miles de seguidores, quienes no han dudado en responder a la necesidad de su ídolo, donaron sus piezas antiguas de Lego e incluso las de sus hijos.
"Me encanta este proyecto de Lego. Creo que el arte de Ai Weiwei nos incluye a todos. Habla de la libertad, de la libertad de expresión", dijo a EFE Momo, nombre artístico de una pequinesa que se había acercado hasta el estudio de Ai Weiwei en Pekín, en las afueras de la urbe, para fotografiarse con el "primer contenedor de Legos" del artista.
El auto es un BMW 525, estacionado para la ocasión. Su techo solar fue abierto por colaboradores de Ai para que la gente deje su contribución. El vehículo era hoy en sí mismo una pieza de "arte" para algunos grupos de jóvenes que trabajan en galerías cercanas y lo pintaron de rojo.
No obstante, la mayor respuesta a la petición de legos de Ai no ha venido de China sino del exterior, donde Ai consigue movilizar a la multitud. Poco después de que el artista chino tildara a la empresa Lego de "censuradora" y "discriminadora" en redes sociales como Instagram y Twitter, sus admiradores se volcaron poniendo en marcha una iniciativa, "legosforweiwei" (legos para Weiwei), que llenó internet de miles de imágenes de estos juguetes con forma de ladrillo criticando a la firma y apoyando al activista.
Fuente: EFE