Italia: lluvia, frío y temor al abandono tras terremoto
31 agosto de 2016
Las difíciles condiciones en las que ya se encuentran las más de 3.500 personas que han perdido sus casas tras el terremoto en el centro de Italia y que viven en tiendas de campaña desde hace una semana, se suma ahora la lluvia, el frío, pero sobre todo les preocupa ser abandonados.
"No nos abandonéis", es la frase que más repiten los supervivientes del terremoto a las autoridades que acuden a visitarles en los campamentos, pues crece el miedo a tener que pasar meses bajo la lluvia y el frío en estas tiendas en espera de otra ubicación.
Según informa la Agencia EFE en su crónica, desde este martes las condiciones meteorológicas han empeorado en la zona afectada por el terremoto de magnitud 6 en la escala Richter que devastó municipios enteros de la cordillera de los Apeninos centrales, donde ha llovido incesantemente durante la noche y se teme que el tiempo siga empeorando.
Si en esta semana, los desalojados no podían estar dentro de las tiendas durante el día por el calor, ahora la lluvia no les deja salir. "¡Lo que les faltaba, la lluvia!", lamenta Franco Santini de la Confederación de las Misericordias, una asociación católica que se dedica al voluntariado y que colabora con la Protección Civil, y que ha instalado y gestiona dos campos para 500 personas en Amatrice.
Santini, que es abogado, ha interrumpido sus vacaciones y ha dejado a su mujer y sus tres hijas para venir a ayudar, al igual que los otros 120 voluntarios de las Misericordias y que se afanan día y noche en atender a estas personas.
Explica que la lluvia complica aún más las labores en el campamento, como el cocinar, y sobre todo el pasar las horas, porque ahora está todo lleno de fango.
No obstante al momento difícil, "la solidaridad ha funcionado a la perfección" y "los campos que se han instalado "tienen de todo, mantas, juguetes, pañales", y las provisiones de comida no faltan, así como que en cada campo hay un médico que atiende las 24 horas del día, señala el voluntario de las Misericordias.
Las comidas se sirven en los horarios establecidos y es un momento importante de reunión entre todos, "pero la cocina está siempre abierta para un tentempié o un café", aseguró.
Santini explica que aunque la situación en el campo por el momento es buena y los evacuados están completamente asistidos, "no podrán estar aquí más de un mes". La pregunta es: "¿Llegarán en un mes las deseadas casas de madera que les han prometido?".
Fuente: EFE