Las elecciones del domingo dejaron en evidencia una notable abstención y un elevado número de votos anulados y en blanco, reflejando un cambio en el comportamiento electoral en Uruguay.
Según datos recopilados por La Diaria, aproximadamente el 15% de los habilitados, unas 402.467 personas, no respaldaron a ningún partido político. De esta cifra, 283.742 ciudadanos —equivalentes al 10,4% del padrón electoral— directamente no concurrieron a votar, lo que marca la tasa de abstención más alta desde 1989.
Entre quienes asistieron a las urnas, 118.725 personas optaron por no apoyar a ningún candidato. Este grupo, que representa casi el 5% de los votos emitidos, se desglosa en 31.160 votos en blanco, 53.847 votos anulados y 33.718 personas que solo votaron por alguno de los dos plebiscitos de reforma constitucional.
El aumento de los votos anulados y en blanco evidencia una manifestación de descontento o desacuerdo que no se había visto en esta magnitud en elecciones anteriores.
En particular, los votos anulados alcanzaron el 2,2% del total, el porcentaje más alto desde 1985, mientras que los votos en blanco representaron un 1,3%, el nivel más bajo de las últimas tres elecciones.
Otro dato relevante fue el comportamiento de quienes únicamente votaron por los plebiscitos de reforma constitucional. Este grupo representó el 1,4% del padrón electoral, casi triplicando el porcentaje registrado en 2009, cuando se consultó sobre la habilitación del voto en el exterior y la derogación de la ley de caducidad.