Desde este domingo 19 de enero, rige el alto el fuego entre Israel y Hamás, un acuerdo que pone fin, al menos temporalmente, a más de 15 meses de guerra en el territorio palestino.
La medida fue aprobada por el gobierno israelí y representa un avance significativo hacia la reducción de la violencia en la región.
Uno de los puntos más destacados del pacto es la liberación de rehenes y prisioneros.
Hamás comenzó a liberar a los 33 rehenes capturados el 7 de octubre de 2023, entre ellos tres mujeres israelíes entregadas a la Cruz Roja en Ciudad de Gaza.
En un ambiente tenso y caótico, las rehenes Romi Gonen, Emily Damari y Doron Steinbrecher fueron recibidas por autoridades y familiares tras pasar por lo que el primer ministro Benjamin Netanyahu describió como "el infierno".
Por otro lado, Israel inició la liberación de 1.900 presos palestinos, comenzando con 90 de ellos, en su mayoría mujeres y menores de edad.
En Cisjordania, las imágenes de los liberados siendo recibidos con canciones, lágrimas y abrazos reflejan la emotividad de este primer paso hacia la reconciliación.
Ayuda humanitaria
El alto el fuego también permitió la entrada de ayuda humanitaria a la asediada Franja de Gaza.
En los primeros dos días, más de 800 camiones con alimentos, medicamentos y combustibles han ingresado desde Egipto, según fuentes oficiales.
Sin embargo, el subsecretario general de la ONU, Tom Fletcher, advirtió sobre los desafíos logísticos que enfrenta la distribución de esta ayuda, como escombros y artefactos sin detonar que dificultan las operaciones.
Tregua
El acuerdo establece una primera fase de seis semanas, en la que se espera el cese de las hostilidades y la continuidad del ingreso de ayuda humanitaria.
Según el primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdelrahmane Al-Thani, el objetivo es poner "un fin definitivo a la guerra".
No obstante, el camino hacia una paz duradera sigue siendo incierto.
La tregua generó esperanza y escepticismo a partes iguales, mientras miles celebran los avances, las tensiones subyacentes entre ambas partes plantean dudas sobre la estabilidad del acuerdo.
Además, los informes sobre la magnitud de la devastación en Gaza recuerdan la urgencia de abordar las necesidades humanitarias de la población.
El alto el fuego entre Israel y Hamás representa un respiro en un conflicto prolongado. Sin embargo, el éxito de este acuerdo dependerá de la disposición de ambas partes para cumplir con los compromisos asumidos y de la comunidad internacional para garantizar el apoyo necesario.