Hasta que el amor dure: la aparición de las bodas alternativas
13 septiembre de 2016
En tiempos donde los casamientos parecen recetas de cocina, innovar, improvisar y asesorarse pueden ser parte de los ingredientes para salir del molde.
De esa forma, cuando por algún motivo la ceremonia religiosa o civil no resulta del todo atractiva o adecuada para los novios, es bueno saber que cuentan con otras alternativas.
En el marco del Encuentro Latinoamericano de Diseño de la Universidad de Palermo conocí a Maisa Giarrizzo. De nacionalidad argentina pero radicada en Chile, Maisa es la responsable de Pinceladas de Bodas; un servicio laico que muchas parejas eligen después de realizar el matrimonio legal.
Como licenciada en turismo y emprendedora no le resultó sencillo insertarse en Santiago, teniendo en cuenta la tendencia más bien conservadora de la sociedad. Sin embargo, la agenda para los próximos meses ya la tiene completa y lo que empezó siendo una iniciativa personal, hoy incluye un equipo de cuatro personas.
El servicio es absolutamente personalizado en base a una serie de opciones y rituales. Todo comienza con la historia de la pareja; un relato que incluye datos y anécdotas para “romper el hielo”. Le sigue uno o dos rituales elegidos por los novios, los votos y el intercambio de anillos.
La idea es que cada novio escriba lo que desea prometer para toda la vida a su pareja y que algún amigo o familiar diga unas palabras asesorado por el equipo organizador.
Como resultado, la ceremonia no se extienda más de 25 minutos y los novios se sienten acompañados y respaldados en cada uno de sus gestos. La boda se vuelve simbólica y cercana. Los invitados participan desde la complicidad sin ataduras y el encuentro se torna relajado, emocionante y único.
Como ella misma explica: “nuestro objetivo entregar una ceremonia que sea el fiel reflejo de lo que quienes contratan el servicio buscan como personas y como pareja. Para ello, personalizamos cada detalle y creamos un servicio que moviliza emociones sin perder el formato de ceremonia”.
Los rituales son variados y se adaptan a la creatividad de cada pareja. Acá van algunos ejemplos:
Ceremonia de Arena: representa el tiempo y las experiencias que pasaron juntos y los que van a compartir. Cada uno coloca su “granito de arena” en un recipiente simbolizando la unión de la pareja.
Ceremonia de velas o de la luz: los novios encienden cada uno su vela representando a dos personas independientes y entre los dos juntos encienden el velón más grande. Al casarse pasan a ser un solo teniendo su individualidad e independencia dentro de la unión.
Suelta de globos: se realiza en bodas al aire libre y generalmente al terminar la ceremonia. Los globos se inflan con helio y se le pide a cada invitado piense un deseo para los novios para que al soltarlos se hagan realidad.
Unión de manos: es el favorito por su significado. De origen celta, en el paganismo, la wicca dice que la pareja se casa hasta que el amor dure y si a lo largo del camino ese amor se esfuma, cada uno es libre de continuar su camino. Por eso los novios se entrelazan con una cinta simbolizando la unión de sus vidas y sus corazones.
Plantar un árbol: para los amantes de la naturaleza, representa el crecimiento y la unidad. Es un símbolo de sembrar durante la relación y del futuro que anticipan. Luego la pareja lo trasplanta en el jardín para a verlo crecer cada día.
El costo aproximado del servicio es de unos 350 dólares con los elementos de los rituales incluidos y recuerdos personalizados.
En Uruguay ya hay algunas variantes e iniciativas de bodas alternativas. El actor Antonio Felicini oficia de juez de bodas y el wedding planner Maxi Taborda, organiza eventos apuntando a que sean el reflejo de sus protagonistas.
A continuación les dejo la entrevista con ellos en el programa Fuerte y Claro de Radio Informarte.
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