De Armas: "Uruguay está un poco mejor en educación, el problema es que otros países avanzaron muy rápido"
23 octubre de 2017
El sociólogo Gustavo de Armas dijo a Fuerte y Claro que en los últimos 12 años se registra en Uruguay una fuerte caída de la pobreza monetaria en todos los grupos de edad. “La tendencia es muy positiva”, aseguró. Respecto a las políticas educativas, comentó que el país fue muy exitoso en esta materia hasta hace medio siglo, cuando en el ránking se ubicaba entre los primeros países de la región. “Uruguay está mejor, el problema es que solo está un poco mejor mientras otros países avanzaron muy rápidamente en políticas educativas”, sostuvo.
Comentó que la franja etaria en la que se observa el mayor descenso de la pobreza es la que incluye a los adultos mayores, la cual bajó del 18% al 1,9% entre el 2004 y el 2016. Esto ha traído como resultado que en la actualidad no haya prácticamente adultos mayores por debajo de la línea de pobreza.
De Armas explicó que son 160 mil aproximadamente los menores de 18 años que viven en la pobreza, y unos 140 mil son adultos, o viven con esos niños y adolescentes pobres mencionados anteriormente.
De esto se desprende que Uruguay es uno de los pocos países de la región, en el que si desapareciera la pobreza en la infancia, desaparecería la pobreza como tal.
“Esto no es algo mágico ni que se pueda lograr de forma inmediata ni a corto plazo, no es algo sencillo”, expresó el sociólogo.
Formas de reducir la pobreza
Considerando la forma en la que se mide la pobreza en Uruguay, es decir a través del ingreso, para reducir la pobreza a la mitad habría que reducirla al 4% o 5%.
De Armas entiende que a raíz de esto podría interpretarse que si se tratara solo de un tema de dinero podría pensarse en que basta con actuar sobre la transferencia de ingresos a partir de políticas sociales destinadas a este fin. Sin embargo, de esta forma, según explica, se lograría una reducción de la pobreza monetaria a la mitad, lo cual no significaría que estas familias mejoraran las condiciones que hacen a su desarrollo integral.
“Pensando en términos de sostenibilidad en el tiempo, se debería mejorar el capital educativo de esos hogares, el capital humano”, expresó De Armas.
Además, mencionó que debe cubrirse el terreno que queda entre la educación y la capacitación laboral, para aquellos adultos que están a cargo de niños.
Y destacó: “Hay un 5% de la población que no si quiera terminó la educación primaria, por lo que se encuentra en una situación de franca exclusión educativa. ¿Qué mercado laboral va a existir dentro de 12 o 15 años que logre captar a esa población?”
De Armas concluyó: “Lo que más me preocupa no es el corto plazo sino el largo plazo. Si no logramos incrementar el capital educativo de la gente joven, si no logramos reducir la brecha educativa entre ricos y pobres; estamos en problemas”.