Manteniendo su promesa de no asistir a la ceremonia de asunción del nuevo presidente argentino, Alberto Fernández, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro envió a su vicepresidente Hamilton Mourão, para representarlo. Para la periodista brasileña Natalia Scarabotto, la decisión "suaviza" la relación conflictiva. Escuche el informe.
Manteniendo su promesa de no asistir a la ceremonia de asunción del nuevo mandatario argentino, Alberto Fernández, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro envió a su vicepresidente Hamilton Mourão, para representarlo.
El general encabezó la comitiva oficial y explicó que Bolsonaro lo llamó y le pidió que viajara de urgencia. “Es un gesto del presidente para que las relaciones se normalicen”, dijo.
Para la periodista brasileña Natalia Scarabotto, la decisión "suaviza" la relación conflictiva que se ha establecido entre Bolsonaro y Fernández a través de diferencias ideológicas.
“Es mejor así, para no dar a entender que estamos cerrando nuestras puertas” señaló Bolsonaro y agregó que “lo que le importa a los argentinos le importa a Brasil”, en referencia a la relación entre ambos países.
Es la primera vez, desde 2002, que un presidente brasileño no va a la inauguración presidencial en Argentina. “No fue una decisión fácil para Bolsonaro, pero ha prevalecido el pragmatismo, y ambos parecen estar dispuestos a mantener relaciones diplomáticas para no afectar los lazos comerciales e históricos", explicó Scarabotto en diálogo con el programa Fuerte y Claro y agregó que se trata de algo bueno tanto para los dos países como para toda Latinoamerica.
Alivio
Para los empresarios brasileños, la presencia de Mourão en el evento fue "un alivio", ya que históricamente Argentina es el mayor comprador de productos industriales brasileños.
Brasil, principal socio comercial de Argentina, fue uno de los únicos países mencionados durante el discurso inaugural de Alberto Fernández: "Con Brasil, en particular, tenemos que construir una agenda ambiciosa, innovadora y creativa, en las áreas tecnológicas, productivas y estratégicas, apoyada por la hermandad histórica de nuestros pueblos y que vaya más allá de cualquier diferencia personal de quienes gobiernan”, dijo el mandatario argentino.
Para Scarabotto, la mención de Brasil fue una "señal importante" de parte de Argentina sobre la cual, Bolsonaro respondió diciendo que espera que a Argentina "le vaya bien" con su nuevo mandatario, aunque le auguró "más dificultades" que a su propio país, y agregó: “No queremos pelear con nadie. No queremos pelear con Argentina. Queremos hacer comercio con todo el mundo”.
Violencia contra indígenas
Desde el fin de semana pasado, tres activistas indígenas fueron asesinados en Brasil. El lunes, en Manaos, capital del estado de Amazonas, el activista indígena Tuyuca Humberto Peixoto Lemos murió en el hospital después de ser golpeado repetidas veces con un pedazo de madera.
En el estado de Maranhão, dos indios guajajara, Firmino y Raimundo Guajajara murieron y otros dos fueran heridos durante un ataque con disparos el sábado. A principios de noviembre, otro indígena guajajara fue asesinado.
La Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil estima que, de enero a noviembre, hubo más de 160 casos de ataques e invasiones de territorios indígenas en todo Brasil.
La Comisión de Tierras Pastorales, una organización que ha trabajado por los derechos de los trabajadores rurales durante más de 40 años, informó, en base a sus datos, que el número de líderes indígenas asesinados en conflictos rurales en 2019 es el más alto en 11 años: hubo 7 muertes, mientras que el año pasado solo hubo dos.
Al menos 27 personas han muerto en el campo hasta ahora en 2019, cifra similar a la del año pasado, cuando se reportaron 28 muertes.
“Brasil siempre ha fallado en proteger a las comunidades indígenas, pero la violencia y el odio en su contra se han intensificado”, concluyó la periodista Natalia Scarabotto.
Por su parte, el pasado 2 de diciembre, el fotógrafo documental uruguayo Pablo Albarenga presentó su libro “Retomada, la lucha de los indígenas guaraníes kaiowá en Brasil” que aborda la situación indígena.
Albarenga relató al programa Fuerte y Claro que en la última década, más de 400 indígenas fueron asesinados directa o indirectamente por las empresas agrícolas y comentó que la situación muestra que la tendencia “será a empeorar”.
“Está primando el dinero sobre la vida humana, se enriquecen pocas personas a costo de la vida de un montón de gente que está siendo amenazada”, denunció.
En este marco, Albarenga repartió responsabilidades en el proceso, no solo sobre la centro derecha y la derecha norteña sino además en la propia izquierda.