El calvario de María Schneider, tras la polémica escena de violación de "El último tango en París"

En los últimos días causaron conmoción e indignación las declaraciones del director Bernardo Bertolucci, quien, hace tres años, reconoció a la Cinémathèque Francaise, que en complicidad con el actor Marlon Brando, planificaron una de las secuencias más famosas de "El último tango en París", en la que el personaje de Brando, usando un paquete de manteca, viola analmente a la actriz María Schneider, que tenía entonces 19 años, sin que ella lo supiera previamente.

Aunque los rumores sobre la veracidad de esta escena hace años que circulan y las declaraciones de Bertolucci no son nuevas, el vídeo que incluye las palabras del director se ha viralizado y ha incendiado las redes con comentarios en su contra.

Sin embargo, había revelado el impacto que el famoso segmento tuvo en su vida: drogas, sexo libre e intentos de suicidio marcaron el resto de su vida.

Con tan solo 19 años y sin casi experiencia en la pantalla grande, Maria Schneider cobró fama mundial en 1972 al compartir protagonismo con Marlon Brando. Sin embargo, su rápido ascenso, la sumergió en adicciones a las drogas y llegó a intentar suicidarse en los años posteriores.

"No me gustaba ser famosa, para nada, y las drogas eran mi salida. Tomé pastillas e intenté suicidarme, pero sobreviví porque Dios decidió que no era mi hora de partir", había dicho la actriz en 2007, en una entrevista para el Daily Mail.

Expresó que el "circo" y el frenesí la "volvió loca", y recurrió a las drogas como un escape a la realidad: marihuana, cocaína, LSD y heroína.

De todas maneras, aseguró que tuvo mucha suerte: "Perdí muchos amigos, pero conocí a alguien en 1980 que me ayudó a detenerme. Es mi ángel y seguimos juntos desde entonces. No diré si es hombre o mujer, quiero mantener el secreto", afirmó en esa entrevista, cuatro años antes de morir por un cáncer en 2011.

Schneider tuvo relaciones amorosas con mujeres, e incluso en 1975 ingresó de forma voluntaria a un psiquiátrico para acompañar a su entonces pareja, la fotógrafa Joan Townsend. "Era esquizofrénica y yo la quería ayudar", explicó la francesa.

Sobre la escena más famosa y polémica de "El último tango en París", recordó con amargura cómo fue el momento en el que se enteró: "Me informaron justo antes de filmarla. Debería haber llamado a mi agente y mi abogado, porque no pueden forzarte a hacer algo que no está escrito, pero en ese tiempo no lo sabía. Marlon me dijo que no me preocupe, que era solo una película. Pero yo estaba llorando de verdad".

"Me sentí humillada y, siendo honesta, un poco violada, tanto por Marlon como por Bertolucci. Después Marlon intentó consolarme o disculparse. Gracias a Dios solo fue una toma", dijo.

De todas maneras, no recordó en buenos términos al director: "Creo que Bertolucci está sobrevalorado, y nunca volvió a hacer algo con el mismo impacto. Era gordo, sudoroso y muy manipulador. Yo era muy joven para entender".

Desmintió los rumores de un vínculo sentimental con Brando, surgidos por la química que mostraron en la pantalla. "Para nada. No había ninguna atracción. Era como un padre para mí, y yo como una hija para él", aseguró.

Aunque participó en cerca de 20 películas tras esa actuación, nunca volvió a aparecer desnuda, pese a recibir varias ofertas: "Me sentí muy triste porque fui tratada como un símbolo sexual. Yo quería ser reconocida como una actriz, y todo el escándalo me volvió un poco loca".