Gustavo Leal, asesor del Ministerio del Interior, quien fue amenazado por integrantes de Los Chingas dijo que "probablemente se dejó crecer demasiado" este tipo de bandas y agregó que hoy, en la zona de Los Palomares, "escombros quedan".
En declaraciones a radio Sarandí, Leal informó que el gobierno aplicará las mismas medidas en otras zonas de Montevideo "con la misma dinámica" y aclaró: "Hay que tener claro que hay una agenda de derechos y una de responsabilidades, y no es contradictoria una cosa con la otra".
De todas maneras señaló que es necesario el "ejercicio activo de la autoridad" y el "cambio de énfasis" adoptado por el Ministerio del Interior para intervenir la zona. El sociólogo dijo que no acepta "que se intente explicar la situación del crimen organizado (en Casavalle) en base a los problemas sociales. Hay un componente que tiene que ver con eso, pero hay decisiones que la gente toma. Estoy cansado de que cuando se toman decisiones hacia el crimen, la culpa sea de la sociedad".
Leal dijo que desde cuando se hizo el censo en Los Palomares, "hemos hecho bastante y creo que donde hubo chingas, escombros es lo que quedan".
Jairo Sosa, integrante de Los Chingas, es quien amenazó al asesor de la cartera del Interior. "Son un clan familiar, es una estructura en base a una familia con un conjunto de allegados. Está estructurada en torno a 10 hermanos de los cuales quedan vivos ocho. Esta persona (Jairo Sosa) ya tiene tres antecedentes penales y en diciembre de 2017 lo encontraron disparando un fusil N1", explicó Leal.
Recordó también que "participó en el homicidio de quien había sido su vecino de toda la vida, con quien había compartido celda seis meses en el Comcar" y que a su vez, "representó el cambio de actitud" de Los Chingas en Los Palomares junto a una tía.
En ese contexto fue que Sosa asesinó a su abuelo el año pasado. "La víctima era una persona de 67 años, un delincuente que pasó muchos años preso y no había perdido sus mañas de viejo, pero entendía que no era razonable ejercer una violencia tan inusitada sobre el barrio en el que vivía", manifestó Leal. Mediante "un abogado, que es el mismo que lo defendió ayer y el que defiende a la madre, logró que lo declararan inimputable a través de una pericia psiquiátrica. Estuvo un mes en el Vilardebó", indicó el asesor del Ministerio del Interior.
Sobre Sosa, Leal dijo que "llama mucho la atención" que haya sido declarado inimputable, si se tiene en cuenta que eso ocurrió en abril "y en diciembre, cuando lo encuentran con un fusil de guerra, va a prisión".
Sin arrepentimiento
Leal contó que tuvo "una larga charla con la principal referente de Los Chingas, que ahora es la abuela". Dijo que la conversación fue "áspera" y pudo ver que "no hay arrepentimiento" en la familia.
"Ellos están convencidos que la persecución criminal contra ellos es porque el Estado hizo una especie de acuerdo con la otra banda (Los Camala), esa es la visión que tienen", manifestó Leal.
Tras ser consultado sobre si esta situación realmente es asi, Leal indicó que "si alguien conoce la estructura del otro bando, tiene que saber que los principales referentes están presos y este grupo (Los Chingas) se hizo fuerte porque logró derrotar al otro grupo" y añadió: "los dos bandos están muy debilitados".
"Creo que en estas personas no hay posibilidad de tener un sentimiento de culpa. Son personalidades muy psicopáticas y peligrosas, que además tienen una capacidad de liderazgo importante y una convicción. La delincuencia organizada es una decisión que las personas toman. No quiero ubicar esto como un problema psiquiátrico, es una decisión que las personas toman y son criminales que no tienen límites. Las cosas que hicieron en Casavalle demuestran que había que ponerles un límite muy fuerte, la persecución penal severa", señaló Leal.
Rehabilitación
El sociólogo dijo que "frente a un episodio como este de intento de control y desalojos masivos como hubo, no nos puede guiar el odio ni el resentimiento, pero tampoco la ingenuidad".
"Hay que tener claro que un componente de intervención en ese lugar tiene un pilar fundamental de represión y persecución penal. Porque si no, no es posible generar otro espacio de convivencia y legalidad en la zona", explicó. "No hay que tener duda, hay que ejercer la autoridad sin complejos ni culpas y saber que hay gente que tiene que estar en la sombra en forma muy larga", añadió.
Ante la pregunta sobre si es posible que los integrantes de esta banda tienen posibilidades de rehabilitarse, Leal dijo que "alguno no" debido a que "la rehabilitación depende de la voluntad de los individuos. Y acá hay gente que toma opciones de vida contraproducentes para la vida en sociedad de las personas, que no tienen límites. Están dispuestos a ponerle una pistola en la cabeza aun niño o a quemarle al ropa a una persona que está siendo desalojada".
"Hoy en algunos enclaves de la ciudad, donde se empieza a generar una cultura de la impunidad tan fuerte, cambian los códigos, porque los que mandan piensan que mandan ellos. La diferencia ahora es que el que manda es el Estado. Y si no, vayan a ver la demolición hoy, a ver quién manda", concluyó Leal.