Cineastas sociales: la pasión por criticar la realidad, ignorando la fama

La periodista española Emma Sánchez habló sobre el cine social, en su columna semanal de Fuerte y Claro, en Radio Informarte. Destacó que el también denominado cine documental “busca ir más allá, romper con lo establecido o construir conciencia social, y esa es su magia”

Escuche la columna completa de Emma Sánchez:

https://www.dropbox.com/s/d0b7dz7k8dhw5tq/Fuerte_y_Claro_-171005-Entrevista_a_Emma_Sanchez.mp3?dl=1

Luego de semanas tratando temas políticos, en relación a los acontecimientos ocurridos esta semana en España, hoy traemos un tema muy interesante que a su vez tiene una gran importancia a nivel social y educativo.

Hablamos del cine social, un género cinematográfico que no está lo extendido que debiera y que para poder conocerlo es necesario en la mayoría de los casos salirse del circuito de salas comerciales para redirigirse a las no comerciales.

A día de hoy, nuestra sociedad está devaluando lo que solía ser central al pensamiento intelectual, que era el pensamiento profundo y creativo de los científicos y pensadores, que iba mucho más allá de solucionar problemas concretos. De hecho, nos estamos alejando cada vez más de la imagen que esculpió Rodin en «El pensador», la imagen de alguien entregado a la tarea de pensar.

Este hecho cada vez más notable hace que sea necesario por parte de los artistas y creadores una herramienta que sirva para poner voz a esta gran lacra y es por eso que el cine social se hace cada vez más necesario, llegando a ser imprescindible.

Un aspecto fundamental del Cine Social es que utiliza la tecnología cinematográfica como herramienta de comunicación e intervención social, es decir, se usa como medio y no como fin. ¿Qué significa esto? Que es una herramienta, no un producto definitivo y acabado como puede ser el cine de entretenimiento que solo busca hacer pasar el rato a la masa.

El cine social o el cine documental busca ir más allá, romper con lo establecido o construir conciencia social, y esa es su magia. Es un cine que  compromete y se posiciona con los oprimidos, siempre en busca de la justicia, rescatando siempre a la humanidad y al ser humano como ser infinito.

Nuestros cines están repletos de fantasía y ciencia ficción que nada o poco pueden provocar en el público, salvo puro entretenimiento. Muy poco nos sirven las historias de la industria cinematográfica para entender mejor el mundo que nos rodea. Porque he ahí el objetivo de cualquier historia (ya sea un cuento infantil, un guion, una obra dramática, una serie de TV, una novela), es hacer más “entendible” nuestro mundo y dotarnos de herramientas para afrontar la vida. Es decir, el cine o el arte en su extensión debería ser una herramienta que nos complemente.

Es por todo esto que es necesario poner en relieve asuntos tan imprescindibles como por qué es necesario el cine social y dejar descansar nuestro cerebro y nuestro corazón durante un tiempo para llenarlo de empatía, arte y solidaridad.