Uruguay buscó modernizarse. Sumar a su identidad futbolística una forma de tener el balón como nunca antes había tenido en el proceso Tabárez. Bentancur y Vecino los mayores exponentes del Uruguay 2.0. Escuche el análisis del periodista Juan Pablo De Marco.
Una receta cuyos comensales no están demasiado acostumbrados. Asumir el protagonismo de un partido de Copa del Mundo no es algo en lo que Uruguay se sienta muy cómodo.
En el debut ante Egipto, el partido se dio tal cual se preveía: Uruguay con el balón, Egipto agazapado, esperando la contra. El equipo de Tabárez mostró buena circulación de balón hasta tres cuartos de cancha. Egipto pobló la mitad de la cancha con cinco volantes que intentaron amurallar los intentos celestes. Como si a la receta los africanos le pusieran ingredientes incompatibles.
No obstante, Uruguay generó situaciones de gol. Diego Godín, el chef jefe de esta receta, lideró la cocina: ordenó, marcó, relevó con contundencia e, incluso, hizo tareas de otros proyectándose varias veces hacia el ataque.
Consecuencia de ese fútbol más vistoso, hubo chances. Luis Suárez tuvo tres, pero falló. Edinson Cavani tuvo dos, pero falló. Las bestias celestes no estaban con puntería. Tal vez fue la ansiedad por terminar rápido la fórmula culinaria pensada para ganar este partido. O tal vez, dicen los más optimistas, fue la mala suerte: Cavani metió un tiro en el palo y la otra tuvo una gigantesca atajada del arquero.
Como esta receta no funcionó, Tabárez mandó a la cancha a Carlos Sánchez. Sabía y sabe el Maestro: el jugador de la liga mexicana es bueno realizando centros y la Celeste podría ganar en un rubro no tan explotado en el partido hasta ese momento.
Ya casi sobre el final, el ex River mandó un centro a la altura del punto de penal. José María Giménez, como si tuviera una escalera que lo elevara dos metros, conectó un cabezazo que hizo explotar de júbilo a todos los celestes. 1-0. Triunfo y pico y un debut como era hasta 1970: con un triunfo.
Sin tanta modernidad en el manejo del balón, pero con una antigua fórmula que llevó a Uruguay a ganar tantos títulos.
Y, por si fuera poco, la receta casera tuvo el condimento más sabroso para cualquier amante del fútbol: ganar sobre la hora.
Fotos: Facebook AUF
Informarte