Organizado por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), la Secretaría Nacional de Deportes y la Cámara Uruguaya del Libro, este año se desarrolla el concurso "Un Cuento Celeste". La propuesta es para que niños que cursan desde el tercer año escolar al cuarto de secundaria a escribir un cuento relacionado con la camiseta celeste. Escuche el informe.
La edición 2018 fue la de mayor participación desde el inicio del concurso, con 929 niños que enviaron sus cuentos, según explicó el gerente de la Cámara Uruguaya del Libro, Sebastián Artigas, en diálogo con el programa Fuerte y Claro de Radio Informarte.
Los cuentos fueron evaluados por un jurado integrado por reconocidos referentes de la Literatura Infantil - Juvenil de nuestro país, quienes también evaluarán los cuentos que lleguen en la edición 2019.
Más información para participar del concurso en www.auf.org.uy
Edición 2018
En estos días fue noticia el hecho de que Edinson Cavani cumplió el sueño a Nicolás Jara, un niño de Cerro Largo, ganador del concurso del año anterior.
Nicolás, recorre 10 kilómetros en su yegua para llegar a la escuela rural número 102 de Paraje Berachí a 34 kilómetros de la ciudad de Melo.
En su cuento “Un gran partido”, describe cómo, junto a sus compañeros idearon un plan para que los alumnos de la escuela de Mangrullo (una localidad cercana a Berachí que no tenía internet), pudieran ver el debut de Uruguay en el Mundial de Rusia 2018.
El cuento
"En un lugar muy lejano está ubicada en un cerro, mi escuelita rural. Se acercaba el mundial de Rusia y en la escuela nos preparábamos para la fiesta del fútbol.
Pero en un día muy frío, nos llama el maestro Gabriel de la escuela de Mangrullo, que está a unos cuantos kilómetros de la nuestra y nos cuenta que no hay Internet para mirar el primer partido de Uruguay y que los seis niños están muy tristes. Con la maestra no dudamos en contestarle que vinieran para la nuestra, así mirábamos todos juntos.
Llegó el gran día. Después de desensillar mi caballo, la maestra me pidió -Nico inflá los globos para poner en la portera. Mientras ella con los tres niños de inicial pegaban en las ventanas los banderines de Uruguay.
Estábamos terminando los aprontes, cuando sentimos la bocina del microbús de los compañeros de la otra escuela. Era mucha emoción, podíamos mirar todos juntos el primer partido de nuestro país.
Nos íbamos abrazando a medida que iban bajando y los maestros nos pintaban la cara con los colores de nuestra bandera. Corrimos para acomodarnos entre bancos y alfombras y comenzó el partido.
Estábamos muy ansiosos cuando casi al final... ¡¡¡Gooooooooool!!! de Giménez gritamos todos con alegría.
Salimos al recreo y con Marina trajimos las cañas tacuara para los arcos mientras los más chicos traían la pelota. Cada maestro empezó a elegir su equipo. Quedamos todos entreverados, los cuadros tenían a grandes y pequeños de las dos escuelas. Jugamos con nuestras mejores camisetas, las túnicas blancas y moñas azules.
Cristofer dijo -No tenemos mascota. De pronto… salió “Tota”, de atrás de unos pajonales y Samira (la hija de los maestros) gritó - va hacer la mascota, “Tota” mi chancha. Todos comenzamos a reinos y le dijimos que sí.
Íbamos empatando cero a cero, y le di un pase a José que tiene tres años que hizo gooooooool. Pero en un contra ataque la maestra de cabeza empató.
Llegó el segundo tiempo. Pase va, pase viene, llegó mi oportunidad, pero al patearla al arco, fue a dar cerca de las nubes.
Terminamos el partido uno a uno, gritando todos abrazados ¡SOMOS CAMPEONES!, mientras Tota nos miraba asustada desde atrás de unos pajonales”.