La prensa española se hace eco hoy del éxito que tuvo esta chica de 18 años, que en menos de dos semanas recogió 42 mil firmas, logrando que Zara retire unos maniquíes esqueléticos del escaparate de una de sus tiendas.
"Una talla 46 no es una talla grande, es una talla real. Fabríquenla", dice el slogan de la campaña que ya tiene 42 mil almas que la apoyan en la plataforma de activismo ciudadano y online Change.org
En sus argumentos Riera indica "deberíamos empezar a diseñar para personas, no para estereotipos" y agrega que "una talla 46 no es una talla grande, sino una talla real". La jóven sostiene que una empresa grande como Inditex contribuye a que las adolescentes se vistan con la ropa que les gusta, pero más aún puede ayudar (por ejemplo a prevenir trastornos alimenticios en un colectivo especialmente vulnerable) si universaliza las tallas de las prendas.
En declaraciones al diario El Correo de España, la estudiante de psicología sostiene que ella "también ha sido adolescente y me he sentido frustrada por no tener el cuerpo ideal. Ver a amigas con un potencial tremendo afectadas porque les quedan apretados los pantalones es tremendo. Yo hace dos años que no me peso porque no quiero que me definan por los kilos que tengo".
Anna Riera se ha convertido, sin pretenderlo, en la peor pesadilla del imperio del empresario Amancio Ortega, dándole voz a las cientos de jóvenes que se frustran cuando entran en alguna de las más de dos mil tiendas que Inditextiene en todo el mundo, y no encuentran ni una sola prenda que les sirva.