Un grupo de tres senadores demócratas finalizó hoy una visita de cuatro días a Cuba, donde se entrevistaron con el canciller Bruno Rodríguez y la jefa negociadora con EE UU Josefina Vidal, mientras que este mismo martes aterrizó en La Habana una delegación de nueve congresistas de la Cámara baja, encabezados por la líder demócrata Nancy Pelosi, según informa EFE.
Los senadores Amy Klobuchar, de Minesota; Claire McCaskill, de Misuri y Mark Warner, de Virginia, llegaron a la isla el pasado sábado, tan sólo un día después de que EE UU autorizara la importación de algunos bienes de "empresarios independientes" del todavía modesto sector privado de la isla, aunque con importantes excepciones como alimentos, alcohol y tabaco, minerales, químicos o textiles.
En el balance de su visita, los tres senadores hicieron hincapié en el potencial de la agricultura y el turismo para el comercio bilateral y respaldaron la propuesta de ley para levantar completamente el embargo presentada la semana pasada en el Congreso estadounidense.
Klobuchar, autora del texto, admitió que las relaciones comerciales entre los dos países no podrán ser completas hasta que no se ponga fin al embargo, algo que, "topará con muchos obstáculos" porque hay legisladores "con una visión única" sobre Cuba.
"Vamos a trasladar al Congreso el mensaje de que en Cuba cada vez hay más gente trabajando en el sector privado, con espíritu emprendedor y que quiere ver cambios en las relaciones entre los dos países", señaló la senadora.
Los legisladores también expresaron su deseo de que Cuba y EE UU lleguen pronto a un acuerdo para la reapertura de embajadas, a pesar de las discrepancias que mantienen sobre los límites al personal diplomático o la situación bancaria de la legación cubana en Washington.
La senadora McCaskill consideró que estas diferencias son "meramente instrumentales" y que no "atascarán el restablecimiento de relaciones diplomáticas", además de mostrarse confiada en que se concretarán avances para la reapertura de embajadas en la próxima ronda de negociaciones.
"Creo que es muy importante que en los próximos de tres a seis meses sigamos viendo avances, aunque sean pequeños pasos, pero tenemos que ver movimiento por parte de los dos países", precisó el senador Warner, aunque admitió que "la diplomacia no siempre va tan rápido como quieren los políticos".
La segunda ronda de diálogo oficial entre ambos países se celebrará el 27 de febrero, según anunció en la capital estadounidense una portavoz del Departamento de Estado.
Tras la visita de estos tres senadores, este mismo martes aterrizó en La Habana la líder demócrata Nancy Pelosi, al frente de una delegación de nueve congresistas de la Cámara de Representantes de EE UU, que se reunirá en la isla con funcionarios del Gobierno y otras autoridades.
"Esta delegación trabajará para avanzar en la relación entre Estados Unidos y Cuba y se basará en el trabajo realizado por muchos en el Congreso durante años, especialmente con respecto a la agricultura y el comercio", indicó Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, en un comunicado.
A su llegada a su hotel de La Habana, la líder demócrata no quiso dar detalles a los medios sobre la agenda de su visita en la isla, que culminará el jueves con una rueda de prensa; y preguntada sobre sus expectativas para la próxima ronda de conversaciones se limitó a decir que "se espera que se logren progresos".
Esta previsto que la delegación se reúna con funcionarios del Gobierno cubano, el cardenal Jaime Ortega, líderes locales y miembros de la Sección de Intereses de EE UU, con los que ya se vieron nada más llegar a La Habana.
El pasado 17 de diciembre, el presidente estadounidense, Barack Obama, y el mandatario cubano, Raúl Castro, anunciaron el inicio de un proceso de normalización de las relaciones bilaterales, rotas desde hace más de medio siglo, que incluye la apertura de embajadas en Washington y La Habana en los próximos meses.
Dos meses después de ese histórico anuncio y pasada la euforia inicial, algunos analistas observan que tomará tiempo materializar los cambios resultantes del diálogo entre dos países enfrentados durante más de cinco décadas.
Así opina al menos el diplomático cubano y experto en temas de EE UU, Carlos Alzugaray, quien considera que, aunque las partes acuerden las condiciones para abrir sus respectivas embajadas, en el proceso de normalización de relaciones saldrán a relucir "necesariamente" temas que provocarán más fricciones como "la situación legal de la base de Guantánamo, la Ley de Ajuste cubano o los proyectos de subversión".
Fuente: EFE