"Un año después, el asesino sigue a la carrera", rezan las letras blancas sobre fondo negro en el que se ve la caricatura de un Dios manchado de sangre y con una ametralladora colgada en su espalda.
El director Laurent Sourisseau, conocido por su seudónimo Riss y sobreviviente del atentado, denuncia en el texto que desde que publicaron las primeras caricaturas de Mahoma en 2006 "muchos esperaban" que los mataran.
Hace un año, el dibujante Luz presentaba el famoso "número de los sobrevivientes": "Todos están perdonados", decía Mahoma. Según publica Infobae, de todas formas advierte que en ese grupo no solo había "fanáticos embrutecidos por el Corán", sino que había fieles de otros credos que les deseaban el infierno: "Por habernos atrevido a reírnos de la religión".
Otro accionista de la revista, Eric Portheault, reclamó mayor apoyo no solamente en términos de dinero sino en la línea que la publicación elige para dar cuenta de su visión de los hechos.
"Sentimos una escandalosa soledad. Nos hubiera gustado que otros hicieran sátiras", confiesa, "nadie se ha sumado a este combate, porque es peligroso. Podemos morir".
Un mes antes del ataque, el semanario estaba al borde de la bancarrota. Las ventas no superaban los 30 mil ejemplares y su humor provocador, heredado de los años 1970, ya no generaba ingresos.
Fuente: EFE e Infoabe