Un informe realizado por la Universidad de la República y la Organización Multidisciplinaria para la Integración Social reveló que el 21% de las cajas de cigarrillos que se comercializan en el área metropolitana de Montevideo provienen del mercado ilegal. Más de la mitad de estos productos se adquieren en comercios formalmente establecidos, como almacenes y kioscos.
El estudio, publicado por el semanario Búsqueda, basado en encuestas a consumidores, mostró que el 35% de los compradores adquiere cigarrillos de contrabando en almacenes o tiendas de barrio, mientras que un 12% los obtiene en kioscos.
Otros puntos de venta incluyen supermercados (3%), zonas francas (2%) y estaciones de servicio (0,5%).
Este fenómeno evidencia la amplia disponibilidad de estos productos en canales que, en principio, deberían operar dentro de la legalidad.
El precio fue identificado como el principal factor que motiva estas compras, mientras que las marcas autorizadas tienen un costo promedio de $210 por caja, las más populares del mercado ilegal se consiguen por apenas $100.
Según el estudio, el 44% de los encuestados eligió cigarrillos de contrabando por esta razón, mientras que otro 43% lo hizo por una preferencia en el sabor.
La compra de cajillas ilegales se concentra principalmente en sectores socioeconómicos medios-bajos (27%), bajos (26%) y medios (23%).
Sin embargo, el fenómeno no es exclusivo de estos grupos, ya que también alcanza a los sectores medios-altos (17%) y altos (7%), lo que demuestra que el consumo de cigarrillos de contrabando atraviesa diferentes niveles sociales.
En cuanto a la procedencia de estos productos, el 77,2% de los cigarrillos ilegales vendidos en Uruguay provienen de Paraguay, mientras que el 20,9% tienen origen en Brasil.