En declaraciones al programa Fuerte y Claro, la analista política Carol López, analizó la crisis política y social que atraviesa su país, Ecuador. Para López “hay una clara intención de desinstitucionalizar el Estado correista” y advirtió sobre el riesgo de implementación de “un libreto de desprestigio de los gobiernos progresistas, que esta realineado al poder hegemónico que EEUU quiere retomar en la región”. Escuche la entrevista.
Durante la entrevista, la analista política Carol López, explicó que en su país “las recetas neoliberales fueron impuestas, poco a poco, en el paquete gubernamental y eso desgastó la relación del Gobierno con los sectores sociales”.
“Se han precarizado las relaciones laborales y junto a esas medidas de reforma estructural, el Ejecutivo ha tenido una forma de gobernar hacia las minorías”, sostuvo.
En este marco López aseguró que lo que está de fondo es “una clara intención de desinstitucionalizar el Estado correista” lo cual se nota, por ejemplo, en el discurso del presidente Lenin Moreno, que tiene casi una obsesión con el anticorreísmo”.
“Esta estructura permite nuevas formas de hacer política, ancladas a intereses especificos de elites locales” y es en ese punto donde observa el mayor riesgo para la población.
Actores
Entre los involucrados en la crisis, además del Gobierno, López mencionó a “los transportistas, al cansancio social que genera el goteo neo liberal que genera descontento y al movimiento indígena, que tiene una tradición anti neo liberal que se trabó desde finales de los 90, en aquella lucha contra el ALCA”.
Este movimiento indígena “venía fragmentado y ahora se ve con más fuerza y madurez. A esto se le suma una fuerte presencia de los movimientos feministas, lo que genera todo un eje solidario articulado”, explicó.
Libreto
En el contexto de la geopolítica, López indicó que estas nuevas estructuras de poder que operan en Ecuador son la “implementación de un libreto de desprestigio de los gobiernos progresistas, que esta realineado al poder hegemónico de EEUU que quiere retomar el poder de la región”, sostuvo.
En paralelo el Gobierno de Moreno aparece “desgastado con un movimiento indígena que pudo marcar un escenario de negociación apoyado por la población que está cansada y obliga al gobierno a sentarse a negociar”.