La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, volvió este lunes a los tribunales, donde dejó un escrito ante el juez Claudio Bonadio, al que acusó de ser un “brazo de persecución” política en una nueva “estrategia regional para proscribir dirigentes que permitieron salir de la pobreza a millones de personas”.
De esta forma se comparó con el expresidente brasileño, Luiz Inacio "Lula" de Silva, preso desde abril en la víspera de una elección presidencial que lo tiene como favorito. Fernández de Kirchner se presentó por quinta vez ante Bonadio, esta vez en una causa por presunto cobro de sobornos.
Según publica la crónica de El País de Madrid, el magistrado la acusa de ser la líder de una organización que desde el Estado montó un esquema de recaudación de dinero negro, aportado por las empresas que durante su Gobierno se beneficiaron con millonarios contratos de obra pública.
Esta investigación se inició luego de que se conocieran detalles de los ocho cuadernos manuscritos en los que un chófer de las anteriores autoridades, Oscar Centeno, detallaba los supuestos viajes que durante 10 años hizo con bolsos cargados de dólares producto de sobornos.
Los cuadernos llegaron primero a un periodista del diario La Nación, que tras cuatro meses de investigaciones los derivó al juez Bonadio. Hace dos semanas, el juez ordenó una serie de detenciones que activaron una verdadera ola de delaciones cruzadas ente empresarios pagadores y exaltos cargos que cobraban.
Los cuadernos de Centeno llevaron a la cárcel a ocho exaltos cargos, entre ellos el número dos del ministerio de Planificación, a cargo de las obras de infraestructura financiadas por el Estado, y siete empresarios de la construcción acusados de pagar las coimas.
Otros nueve empresarios están libres porque declararon como arrepentidos ante el juez, incluido Angelo Calcaterra, el primo del presidente Mauricio Macri.
En un texto que publicó Cristina Fernández este lunes, entiende “ridículo hacernos creer que haya sido Néstor Kirchner quien organizó el sistema de cartelización de la obra pública a partir del 25 de mayo de 2003, en un país cuyo presidente es Mauricio Macri”.
La expresidenta recordó que Macri integra una familia que hizo fortuna desde los años 70 gracias a los negocios de sus constructoras con el Estado.
Cristina Fernández no puede ir presa porque sus fueros de senadora la protegen. Bonadio pidió al Congreso que se le retire esa protección, algo que no sucederá, al menos en el corto plazo. El año que viene hay elecciones presidenciales y la expresidenta no descartaba, al menos hasta ahora, ser candidata.
En base a El País de Madrid