El presidente electo de EEUU, Joe Biden, deberá gestionar la agenda política entre temas domésticos y externos, siendo actualmente ambos escenarios muy complejos y conflictivos. ¿Qué contexto internacional encontrará Biden en la Casa Blanca? ¿Cuáles son las perspectivas para el sistema internacional y las relaciones bilaterales? Las preguntas las respondió el politólogo Andrés Raggio en el programa Fuerte y Claro. Escuche el análisis.
Para Raggio, "parece evidente que EEUU se encuentra en un proceso paulatino de declive en el sistema internacional, proceso que comenzó desde el fin de la Guerra Fría y que el ascenso chino, Trump, y sobretodo, la pandemia, aceleró".
"Este declive tiene diferentes caras, dimensiones, las que pueden verse en el poder perdido a nivel comercial en los últimos años a manos de China, evidente en América Latina y la estrategia de vaciamiento sistemática de los organismos internacionales (OMC, OMS, Acuerdo de París, etc.), entre otros factores", sostuvo.
"El camino del declive de poder sistémico estuvo centrado en los últimos años en la contención o reacción ante el crecimiento de China. Obama proyectó una política de contención buscando aliados y promoviendo estructuras que limitaran o excluyeran a China del eje de poder del Pacífico (ejemplo con el TTP), mientras que Trump con su actuar histriónico terminó de proyectar en el país asiático la figura del enemigo", explicó.
A los indicadores de declive sistémico norteamericano, Raggio le agregó "la pésima imagen del país en el pasado y el inconcluso proceso electoral".
Según Raggio, Biden se encuentra con un problema de espacio de agenda, "deberá decidir en qué medida abocarse a los problemas domésticos y a los problemas externos. Retornar al Acuerdo de París, a la OMS, al Acuerdo 5+1 con Irán, entre otros".
El analista espera "un cambio gradual, no brusco, a nivel internacional. Retornando al multilateralismos que Trump tanto despreció, pero con aspiraciones de reformas clave a fin de contener a China. Europa pasa a ser un foco clave de observación para saber por dónde irá la estrategia de Biden".
En cuanto a América Latina, Raggio entiende "evidente que Bolsonaro no es del agrado del presidente electo, particularmente por la política de Brasil hacia el cambio climático".
"Cabe observar también las relaciones que llevará con Cuba (si retornará a la política del gobierno de Obama), México (a la espera de cuán perjudicial o no será para la economía mexicana los cambios de política comercial), Argentina (renegociaciones de deuda) y Venezuela (por su oposición a Maduro)", comentó.
En el terreno de las conclusiones, Raggio sostuvo que "la euforia mostrada por gran parte de la sociedad mundial y de los medios de comunicación no parecen ser acordes a los cambios de timón que realmente Biden pueda generar".
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