El presidente, Luis Lacalle Pou, aseguró que el contrato para la construcción de la planta potabilizadora de agua en Arazatí será firmado antes de finalizar su mandato. La decisión, según el mandatario, está tomada y representa uno de los puntos más conflictivos entre el actual Gobierno y el próximo, encabezado por el Frente Amplio, que manifestó reparos técnicos y políticos.
En declaraciones realizadas durante su presencia en el Gran Premio Ramírez, Lacalle Pou sostuvo que “la decisión ya está tomada” y explicó que, aunque buscará consensuar algunos aspectos con el Gobierno electo, no existe ninguna obligación legal de hacerlo antes del 28 de febrero.
“Vamos a firmar Arazatí. Obviamente, con el gobierno que viene, vamos a tratar de ponernos de acuerdo. Hay algunos temas que nos parecen lógicos. Si podemos ponernos de acuerdo en algunos temas, mejor. No les voy a decir cuales”, expresó.
El proyecto de Arazatí generí intensos debates, según publicó El Observador en diciembre, una de las alternativas en discusión sería reducir el tamaño del pólder destinado a la reserva de agua bruta y redirigir esos recursos hacia la construcción de la represa de Casupá.
Sin embargo, Lacalle Pou argumentó que priorizar Arazatí responde a razones técnicas vinculadas al suministro de agua en el país.
“La reserva de Casupá es la misma fuente de la que se nutre el Santa Lucía. Si la cuenca del Santa Lucía no tiene agua, la de Casupá tampoco, por eso elegimos Arazatí. Soy de la tesis de que el agua para uso humano no debe ser embalsada. Ante una contaminación en un embalse, se complica después la potabilización”, explicó el mandatario.
Con este anuncio Lacalle Pou reafirmó la voluntad del presidente de avanzar en proyectos que considera clave para el abastecimiento de agua potable, sin embargo, el Frente Amplio manifestó que la firma de este contrato condiciona a la futura administración y advirtió sobre las posibles consecuencias de esta decisión.