(Fuente: INFOBAE)
Tras una larga vida de servicio, fue sacrificada Bretagne, la última perra que quedaba entre los canes que participaron en el operativo de rescate de las víctimas del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001.
La golden retriever, de 17 años, estaba retirada y con una salud notoriamente disminuida por su edad. Por ello, se decidió ponerle fin a su vida para evitarle sufrimiento. "No había comido por tres días y la noche anterior estuvo muy ansiosa", explicó su cuidadora, Denise Corliss, a la cadena NBC.
La perra recibió un homenaje por parte del equipo de rescate de Cypress a su llegada al centro veterinario donde le dieron el último adiós. Incluso el gobernador de Texas, Greg Abott, se manifestó al respecto: "Texas y los Estados Unidos están eternamente agradecidos por su servicio".
En un sentido comunicado, el grupo rescatista la recordó con cariño y resaltó el momento más importante de su vida: "Se tomó su trabajo muy en serio, pero siempre estaba lista para recibir cariño. Hay imágenes de ella durante su trabajo en el World Trade Center, corriendo, buscando a víctimas en medio del caos. Incluso en ese momento, sabía quién necesitaba el consuelo de un perro, qué bombero necesitaba tenerla cerca para un abrazo".
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