Un proyecto de ley presentado por el diputado colorado Ope Pasquet, vinculado a la legalización del proceso de eutanasia, disparó el debate político y en la sociedad civil. Escuche el informe de la periodista Lucía Betancur en el programa Fuerte y Claro.
En Uruguay la eutanasia y el suicidio asistido están prohibidos: los médicos de pacientes terminales están obligados a continuar el tratamiento "con la misma responsabilidad y dedicación" que en los demás casos, según el Código de Ética Médica, que tiene carácter de ley.
A nivel internacional la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como la acción del médico que provoca la muerte al paciente de forma deliberada.
En la actualidad, la eutanasia (por ejemplo, aplicar una inyección letal a un paciente) constituye un delito de homicidio según el código penal uruguayo.
Por otro lado, existe también el suicidio asistido, que se practica con el mismo fin que la eutanasia.
En este procedimiento, el médico proporciona los medios y los conocimientos necesarios, de forma intencionada, para que el paciente cometa un suicidio. Esto también constituye un delito y se castiga con hasta 5 años de prisión.
Actualmente el Parlamento tiene a estudio un proyecto de ley que presentó el 11 de marzo el diputado colorado Ope Pasquet.
En diálogo con el programa Fuerte y Claro, el legislador dijo que se procura “ofrecer una salida digna, serena, civilizada a personas que están tan mal y que prefieren quitarse la vida a seguir viviendo así”.
El proyecto tiene como objetivo quitarle la responsabilidad penal a un médico que “le da muerte” o “ayuda a darse muerte” a una persona “mayor de edad, psíquicamente apta, enferma de una patología terminal, irreversible e incurable”.
También están contempladas las personas “afligidas por sufrimientos insoportables”, aunque no se especifica cuáles son esos sufrimientos y es aquí donde recibe algunas críticas.
En respuesta a quienes entiende que se trata de una legalización del suicidio, Pasquet contestó que “no me parece de recibo el argumento que dice que va a alentar el suicidio, es al revés, en Uruguay el año pasado hubo más de 700 suicidios demuestran que la gente no le pide permiso a nadie para suicidarse”.
En referencia a las críticas emitidas por la Iglesia Católica, Pasquet respondió que “cada uno es libre de creer lo que quiera, pero nadie tiene derecho de imponerle sus creencias a otro” y reiteró “esto es absolutamente voluntario”.