Incluso con la pandemia, miles de personas salieron a las calles a reclamar contra Jair Bolsonaro en Brasil. La movilización tuvo como pautas principales la lucha contra el Gobierno, contra el racismo y la violencia policial y contra el fascismo. Escuche el informe de la periodista brasileña Natalia Scarabotto en el programa Fuerte y Claro.
Los actos fueron convocados por hinchadas organizadas de fútbol, el movimiento negro y los movimientos sociales que forman parte del Frente Sin Miedo. Los organizadores distribuyeron máscaras y alcohol en gel para ayudar a proteger contra el coronavirus.
“Pero la distancia social, que es una de las medidas más importantes para prevenir el contagio, no ha sido respetada. Tenían mucha gente y era imposible mantener un metro de distancia”, dijo la periodista.
Con carteles y pancartas los manifestantes recordaron a víctimas de violencia como la concejal Marielle Franco, la niña Ágatha Félix, asesinada por una bala perdida en Morro do Alemão en Río, y João Pedro, de 14 años, asesinado en mayo durante una operación policial también en Río.
Al igual que en muchas partes del mundo, los manifestantes fueron impulsados por las protestas en los Estados Unidos por la muerte de George Floyd, y llevaban carteles escritos "las vidas negras importan" y repetían gestos característicos del movimento negro.
Además, también gritaron por el fin de la policía militar, contra el fascismo y "fuera Bolsonaro".
En una conversación con sus partidarios frente al Palacio de Planalto, en Brasilia, el presidente Jair Bolsonaro dijo que las manifestaciones son un reflejo del "adoctrinamiento sobre Brasil de cada vez más manifestantes” y que estos actos en la calle son "el gran problema del momento”.
La semana pasada, el presidente dijo que los manifestantes eran terroristas, después de un acto de las hinchadas organizadas de fútbol en la Avenida Paulista, en São Paulo, terminó por una confusión con los partidarios de Bolsonaro, que protestaban en el mismo lugar, y con la policía.
Nuevos movimientos
En los últimos días, han surgido varios movimientos democráticos con la propuesta de unir los diferentes frentes políticos en Brasil para proteger la democracia. El Movimento Somos Juntos, por ejemplo, ha reunido simpatizantes para tratar de crear la atmósfera de unidad nacional como en Diretas Já, en 1984.
El manifiesto del grupo cuenta con el apoyo del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, el ex alcalde de São Paulo Fernando Haddad, del PT, y el ex gobernador de Espírito Santo Paulo Hartung, del MDB, además de otros líderes policía y la clase artística e intelectual.
Sin embargo, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien es el principal líder del PT y la izquierda brasileña, se negó a firmar el manifiesto, considerando que este sindicato en varios frentes tiene poco interés para los trabajadores.