Tras el anuncio de la petrolera estatal brasileña Petrobras sobre la venta de red estaciones de servicio en Uruguay, y los argumentos que esgrimió para tal anuncio, conversamos con la periodista Natalia Scarabotto para entender cómo los escándalos de corrupción terminaron desestabilizando a la empresa. Escuche la entrevista.
La petrolera estatal brasileña Petrobras anunció la venta de nuevos activos que incluyen ocho refinerías en Brasil y la red de estaciones de servicio en Uruguay (88), en el marco de las nuevas directrices de su plan de desinversiones.
En Brasil, la empresa venderá su participación en Petrobras Distribuidora donde permanecerá como accionista relevante, según informó Natalia Scarabotto desde San Pablo, en diálogo con el programa Fuerte y Claro de Radio Informarte.
En declaraciones al periódico Estadão, el presidente de la empresa, Roberto Castello Branco, había dicho que a la empresa no le interesaba la “escala” que tiene en Uruguay, y agregó que negociará con el gobierno uruguayo “devolver la concesión de distribución de gas”.
En Uruguay, la empresa también opera las distribuidoras MontevideoGas y Conecta y explicó que la petrolera compra gas natural de Argentina a precio de mercado y en Uruguay a precio tabulado. “Estos negocios dan perjuicio”, había expresado.
La decisión obedece a que la estatal se encuentra desde hace varios años en un ambicioso programa de venta de activos, a fin de revertir la severa crísis económica en la que se vio envuelta por los escándalos de corrupción y la caída en los precios del petróleo.
La empresa considera que esta acción va a garantizar "mayor competitividad y transparencia al segmento de refinación en Brasil", luego de señalar que, en un lapso de 15 años, los resultados arrojaron pérdidas de US$ 116 millones de dólares respecto a la gestión de MontevideoGas y Conecta.