Real Madrid y San Lorenzo se enfrentaron este sábado en la noche de Marrakech, Marruecos, para definir el título mundial de clubes. En la previa, el equipo español llegaba como amplio favorito, tras haber derrotado al Cruz Azul de México por 4 a 0.
Por su parte, los cuervos habían sufrido mucho para vencer a Auckland City de Nueva Zelanda en alargue.
El equipo argentino planteó un partido netamente defensivo, para evitar los daños que pudiera sufrir de contragolpe por medio de Cristiano, Benzema y Bale. Naturalmente, el Madrid se hizo de la pelota y del dominio del juego, pero en los primeros minutos no conseguía llevar gran peligro al arco rival. El partido estaba controlado, y los de Ancelotti tenían la paciencia necesaria para encontrar el gol.
Un par de pérdidas en la mitad de la cancha, le permitieron a los delanteros europeos explotar su velocidad. Un remate de Bale, despejado al córner por Torrico, fue la antesala del primer gol.
Un gran centro de Kroos y la aparición de Sergio Ramos para conectar de cabeza en el área chica, fueron la llave para abrirse paso en esta final. Una vez más, al igual que en la final europea ante Atlético Madrid, un gol de Sergio Ramos de cabeza, guió al equipo merengue hacia la copa.
El segundo tiempo dio inicio sin cambios por parte de ninguno de los dos equipos. San Lorenzo siguió retrasado en el campo, imaginamos que esperando el momento para salir a buscarlo.
Sin embargo Real Madrid no dio vida a la ilusión, y con un nuevo recupero de pelota en la salida del equipo azulgrana, concretó el segundo gol. Esta vez fue por intermedio de Bale, que remató suavemente al medio del arco y, con una floja respuesta de Torrico, consiguió el tanto.
La actuación del arquero tuvo gran incidencia en el resultado de este juego. Si bien los goles no llegaron por gruesos errores de su parte, en ambos casos su respuesta fue algo floja.
En el centro del primero no salió a cortar y le cabecearon en el área chica. En el segundo, el delantero remató solo y con comodidad, pero la pelota se escapó por debajo de su cuerpo.
A los 51 minutos Madrid ganaba 2 - 0, y desde entonces controló el partido a su antojo. A los 68 se retiró Cauteruccio, el único uruguayo que participó del encuentro. Su rendimiento fue bueno aguantando la pelota cuando le llegaba, pero no tuvo jugadas de gol.
Posiblemente porque jugó muy solo y sin nadie que lo asistiera. La entrada de Romagnoli le dio a San Lorenzo sus mejores momentos. Tal vez porque la presión del Madrid ya no era la misma, pero también por su calidad individual.
El partido terminó con algunos remates al arco del equipo argentino, que sirvieron para agrandar la figura de Casillas, de poca pero sólida participación. El 2 - 0 se convirtió en el resultado final y los españoles le pusieron el broche de oro al 2014.
Así, el equipo más campeón de Europa, se alzó con un trofeo que hasta ahora no había ganado, pese a haberlo jugado en su primera edición.
En aquella oportunidad, en el año 2000, Real Madrid fue 4º por detrás de Necaxa, Vasco Da Gama y Corinthians. Este título mundial se suma en importancia a las tres Copas Intercontinentales que tienen los madridistas: 1960 vs. Peñarol, 1998 vs. Vasco y 2002 vs. Olimpia.
Más temprano, Auckland City había conseguido una victoria por penales frente a Cruz Azul tras empatar 1 a 1. Con ese resultado, el campeón de Oceanía se llevó la medalla del tercer puesto.
Fuente y Foto: Por Decir Algo
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