"Cometí un error. Fue mi culpa. Era la tercera vez que me pasaba y necesitaba ayuda", dijo el jugador sin dejar de reconocer que la FIFA lo trató "como si fuera un criminal".
Según publica El Observador, que tuvo acceso al libro, Suárez también relata el momento en que abandonó la concentración de Uruguay: "La única razón por la que no lloré fue porque el entrenador estaba delante".
"Lo absurdo de la suspensión de la FIFA se volvió cada vez más evidente y tuvimos que planificarlo todo cuidadosamente ante el supuesto que los paparazzi o algún hincha me tomara una foto realizando alguna actividad remotamente relacionada con el fútbol", cuenta Suárez.
Dice tambien que FIFA lo obligó a "firmar un contrato casi clandestinamente" con el FC Barcelona, "sin que llegara a ser un asunto público. Tuvo que planificarse meticulosamente todo para que nadie nos viera y no hubiera fotos".