El presidente electo de EEUU, Donald Trump, agradeció al actual mandatario, Joe Biden, por su compromiso de asegurar un traspaso de poder sin sobresaltos. Este gesto, que tuvo lugar en la Casa Blanca, se enmarcó en una tradición de décadas en la cual el presidente saliente recibe al entrante, un acto de respeto y diplomacia que, en 2020, Trump no había extendido a Biden tras perder en las urnas.
"Hoy es un mundo agradable y lo aprecio mucho", expresó Trump al lado de Biden en el Despacho Oval, donde ambos dirigentes se estrecharon la mano en una muestra de cordialidad pocas veces vista.
Trump prometió además una transición "lo más fluida posible", destacando la importancia de una entrega de poder ordenada y respetuosa.
El encuentro se desarrolló en un ambiente distendido y cargado de simbolismo. Biden, actuando como anfitrión, le dio la bienvenida a Trump en la Casa Blanca en presencia de la prensa, que captó el momento en que los dos líderes, sentados uno junto al otro, intercambiaron palabras cordiales mientras el fuego de la chimenea crepitaba de fondo.
Trump aprovechó la ocasión para agradecer personalmente a Biden por facilitar el proceso de cambio entre sus administraciones.
Este agradecimiento representa un giro significativo en el tono de Trump respecto a su relación con el demócrata, mostrando una disposición a colaborar que muchos observadores consideran un gesto relevante para la democracia estadounidense.
La relación entre ambos ha sido históricamente tensa, especialmente después de que Trump no reconociera de inmediato la victoria de Biden en las elecciones de 2020.
Sin embargo, el reciente encuentro parece marcar un punto de inflexión, en el que ambos líderes destacaron la importancia de la estabilidad en el proceso de transición.
La reunión fue programada luego de que Biden invitara a Trump a la Casa Blanca mediante una llamada telefónica el 6 de noviembre, al día siguiente de los comicios.
La Casa Blanca confirmó el sábado que la reunión tendría lugar este miércoles, consolidando un paso hacia una transición sin sobresaltos entre las dos administraciones.