Este jueves, el Gobierno concretó la firma del contrato con el Consorcio Aguas de Montevideo para iniciar la construcción del proyecto Neptuno en Arazatí, San José. La planta potabilizadora tomará agua del Río de la Plata para abastecer a Montevideo, el área metropolitana y zonas aledañas. El consorcio adjudicado en agosto de 2023 está integrado por las empresas Berkes, Saceem y FAST.
Durante la firma, participaron autoridades como Rodrigo Ferrés, secretario de Presidencia; Raúl Montero, presidente de OSE; y el ministro de Ambiente, Robert Bouvier. En representación de las empresas, estuvo presente Alejandro Ruibal.
Tras el acto, Presidencia emitió un comunicado destacando que el proyecto representa "la inversión más grande de la historia del país en infraestructura para agua potable".
Además, subrayó que esta obra busca garantizar una fuente alternativa de agua potable frente a problemas técnicos o climáticos adversos.
Contexto del proyecto
El contrato incluye un memorándum de entendimiento entre OSE y el consorcio para futuras modificaciones, como posibles alternativas para la localización del reservorio de agua bruta.
Según el gobierno, el proyecto responde a la crisis hídrica histórica que afectó a Uruguay en 2023 y promete mejorar el acceso al agua potable para más del 60% de la población.
“La obra es un compromiso del gobierno para hacer frente a un problema que se arrastra desde hace décadas”, indicó Presidencia, enfatizando la importancia de contar con una segunda fuente de abastecimiento de agua para el país.
Críticas desde la oposición
El proyecto no está exento de polémicas, el gobierno electo, liderado por Yamandú Orsi, ha planteado la necesidad de estudiar la obra en el marco de una política nacional de aguas.
Edgardo Ortuño, próximo ministro de Ambiente, señaló que se debería "aprovechar la oportunidad" de la transición para evaluar el proyecto en profundidad.
Por su parte, el presidente Luis Lacalle Pou defendió la iniciativa y aseguró que no detendría su avance pese al cambio de mando en marzo.
“Este proyecto se hará porque es bueno para el país”, afirmó en diciembre, reconociendo las diferencias con el Frente Amplio, pero buscando un punto intermedio.
Mientras se llevaba a cabo la firma en la Torre Ejecutiva, un grupo de aproximadamente 70 manifestantes, incluidos miembros del sindicato de OSE, protestaron contra la obra.
Los gritos y aplausos en rechazo se intensificaron cuando ingresó el ministro Bouvier.
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