Tras el Congreso del fin de semana en el que se debatieron y se votaron los principales aspectos de un programa en un posible cuarto Gobierno del Frente Amplio, el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, se refirió a la aplicación de IRPF al capital. No obstante,¿podría generar consecuencias no deseadas? Lo responde el contador Marcos Soto. Escuche la columna.
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Tras el Congreso del fin de semana en el que se debatieron y se votaron los principales aspectos de un programa en un posible cuarto Gobierno del Frente Amplio, el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, se refirió a la aplicación de IRPF al capital.
Dijo que ese punto fue escrito en términos de "posibilidad" y que lo que se establece es “bajar en términos relativos” los impuestos para las pequeñas empresas y continuar avanzando en otras áreas, algo que, aclaró, no se traduce en aumentar la carga tributaria global.
En diálogo con el programa Fuerte y Claro de Radio Informarte, el contador Marcos Soto, consideró algunos aspectos de los puntos manejados por esa fuerza política.
Para Soto, un impuesto a la renta al capital podría generar consecuencias no deseadas, entre ellas, que las inversiones decidan retirarse del país, dado que se trata de un sector de suma "movilidad".
El contador explicó además que puede registrarse un efecto colateral en los alquileres si es que el dueño de ese inmueble decide trasladar la suba de impuestos al precio que paga el inquilino.
Respecto al impuesto a la renta corporativa, que pagan las empresas que obtienen ganancias, Soto recordó que puede afectarse directamente a la generación de empleo ya que estos están directamente ligados a la inversión: "Necesitamos ser atractivos y este tipo de impuestos puede generar que los inversores terminen abandonando el país", apuntó.
"Si proponemos incrementar impuestos a ese sector, que aunque tiene capacidad contributiva, hay que recordar que también puede decidir dónde colocar su inversión", agregó.
Soto señaló que es necesario ver qué ocurre a nivel internacional y destacó competimos con países que han reducido su carga tributaria a las empresas. Tal es el caso de Estados Unidos donde su presidente, Donald Trump, ha reducido la carga tributaria del 35% al 21%. Uruguay cobra actualmente 25%.
En tanto, Argentina igualará a nuestro país en 2020, como consecuencia de la reforma tibutaria aplicada por el presidente Mauricio Macri. Paraguay, una economía que compite con Uruguay en varios aspectos, cobra apenas el 10%.
Soto sostiene que no es tan "alcanzable" proponer incrementos en este tipo de impuestos en una coyuntura local caracterizada por salidas de capital (que marcan una inversión negativa) y problemas de empleo para lo cual es necesario reactivar la inversión. Para el contador, es necesario "compatibilizar" lo que uno cree con la realidad en la que vivimos.
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