La política exterior del Uruguay no suele tener grandes cambios de un Gobierno al otro, independientemente de las posturas ideológicas que se tomen. No obstante, luego de 15 años consecutivos de gobiernos del Frente Amplio, la coalición multicolor se plantea cambios, pero también continuidades, sumado a un contexto fuertemente cambiante. Escuche el análisis del politólogo Andrés Raggio en el programa Fuerte y Claro.
El contexto actual a nivel mundial (sistémico) se presenta conflictivo, no solo por el reciente enfrentamiento entre Irán y EEUU, sino también por la (re)emergencia de China en la arena internacional, lo que ha puesto en seria discusión al orden internacional, vista por algunos países occidentales como una potencia desafiante del actual sistema internacional políticamente, pero también, y sobre todo, comercial y financieramente.
China actualmente no busca cambiar las reglas del comercio, prueba de ello es la promoción que hace a la OMC, otrora institución creada bajo el paraguas de EEUU. Al mismo tiempo, desde la llegada de Donald Trump al poder, este país a tomado medidas proteccionistas y otras que desprecian el sistema multilateral (que a juzgar de Trump favorece a países como China que se declarar en vías de desarrollo).
Desde el punto de vista regional, el cambio de varios gobiernos, la situación en Venezuela, y ahora Bolivia, ha venido enfrentando a izquierdas y derechas sobre lo que significa un Estado de derecho, y una democracia.
En este contexto el próximo gobierno se plantea algunas reformas que parecen ir en el sentido de otros países (Argentina con Macri), y que plantean un cambio drástico en el enfoque del Ministerio de Relaciones Exteriores, más centrado en el comercio, intentando eludir los vaivenes políticos.
Para ello el gobierno entrante se plantea que el Presidente de la República se preocupe más por la variable política y cancillería por la comercial.
La nueva política exterior no presentaría de hecho muchos cambios en relación a lo comercial (FA propuso TLC a China, al menos la cúpula del presidente); mientras que del lado político la decisión de reconocer al gobierno de Guaidó en Venezuela, el retiro del grupo de Montevideo, la potencial salida de Unasur, entre otras, busca posicionarse diferente.
Se apela al discurso de que Uruguay buscará ser bisagra entre Brasil y Argentina en los temas concernientes al Mercosur (acaso ha sido muy diferente antes?). Y a la vez, la noticia del TLC con EEUU podría buscar que Uruguay también busque jugar de bisagra con EEUU y China (es posible?).
Lo curioso es que EEUU se encuentra en otro escenario actualmente, donde no se priorizan los acuerdos de este estilo, mientras que China sí los busca.
Este escenario curiosamente desde ayer podría cambiar ya que EEUU y China llegaron a un acuerdo por fases, donde la primera será aumentar el comercio, comprometiendo a China a comprar más productos alimenticios del país norteamericanos (200 mil millones). Esto probablemente repercuta en países productores de alimentos y materias primas como es Uruguay.